
La convocatoria inicial atrajo a un estimable número de lectores, de modo que hasta el momento, el club queda formado por 10 miembros.
Las dinámicas de cada una de las sesiones pretenden combinar el aprendizaje con el entretenimiento. Así, a la vez que se les muestra una bibliografía concreta, se les propone un juego que les permite interactuar con los libros y socializar entre ellos, lo que les anima a conocer mejor las obras presentadas y a consolidarse como grupo.
El primer encuentro lo dedicamos a conocernos, a poner en común nuestras preferencias lectoras y nuestra visión particular sobre el cómic. Cada participante se presentó a través de un bocadillo, utilizando los recursos propios de este lenguaje. Una forma divertida de darse a conocer y vencer la vergüenza inicial de hablar en público. También mencionamos nuestros títulos preferidos y descubrimos que había muchos gustos compartidos, así como que existían títulos imprescindibles para algunos pero completamente desconocidos para otros.

Esto nos llevó a hacer una “rueda de reconocimiento”. Contábamos con fotos de diversos personajes, la mayoría figuras emblemáticas del cómic, otros que les “sonaban” y algunos con los que nunca se habían cruzado a pesar de protagonizar series consolidadas... Entre ellos estaban Mortadelo y Filemón, Pepe Gotera y Otilio, Tintín, Asterix y Obelix, Bone, Charlie Brown, Zipi y Zape, Superlópez, Titeuf, Marsupilami, Tomás el Gafe, Mafalda, Calvin y Hobbes, los Simpson, Vampir, Lucky Luke, el pequeño Spirou y detective Conan.
Ir reconociendo personajes les hacía ilusionarse y ganar confianza, como quien se encuentra con viejos amigos. Y surgían las presentaciones, recuerdos, elogios y recomendaciones entre ellos.
Posteriormente, hojeamos y comentamos varios títulos sobre los personajes presentados y como era de esperar, su propia curiosidad les animó a llevarse en préstamo aquellos que les habían resultado menos conocidos.
Primer objetivo conseguido. Ya teníamos ilusión, expectación y motivación.

A partir de la lectura en voz alta de reseñas que presentaban el argumento del libro y otros indicios, observando las portadas y recordando sus observaciones previas, debían descubrir e identificar el título al que hacían referencia.
Ellos mismos crearon un clima de seriedad e investigación propio de los mejores expertos. Los comentarios surgieron en el momento de desvelar las coincidencias, incluso se atrevieron a reconocer públicamente las puntuaciones obtenidas.
Y por supuesto, quisieron llevarse a casa algunos de estos ejemplares que habían despertado su interés.
En esta sesión trabajamos con las siguientes obras:
- Los defectos del futuro. Émile Bravo. Brosquil, 2006
- Tito Longueirón. Pinto & Chinto. Kalandraka, 2005
- La Biblioteca de Turpín. Max. La Cúpula, 2006
- Vilaverzas. Miguel Robledo. Faktoria K de libros, 2006
- Los gemelos mágicos. Alejandro Jodorowsky, Georges Bess. Norma, 2005
- Brujeando: ¡se acabó la magia! Teresa Valero; Juanjo Guarnido. Norma, 2008
- Los amigos de Archimboldo Roque. Jacobo Fernández Serrano. Faktoria K de Libros, 2008
- Carlitos Fax. Jacobo Fernández Serrano. Faktoria K de Libros, 2008
- Amelia mola: el mundo está loco. Jimmy Gownley. Planeta deAgostini, 2008
- Natty. Nelvin y Corbeyran. Dibbuks, 2011
Nos fijamos en el uso de onomatopeyas e hicimos un juego en el que debíamos resolver, por orden alfabético, diversos acertijos vinculando sonidos reales con su correspondiente onomatopeya. Había que estar atentos y ser rápidos, lo que creó competitividad, pero también complicidad y buen humor.
Para finalizar, y tras escoger una letra al azar, debían buscar en el cómic que ellos mismos habían elegido una onomatopeya que comenzase por dicha letra. Posteriormente, debían explicar al resto del grupo qué representaba o significaba. Resultó curioso comprobar cómo un mismo sonido tiene diferente representación dependiendo del idioma, o del país de origen del cómic.
También es interesante apreciar que, aunque las pruebas eran individuales, en esta ocasión tendieron a trabajar como grupo, siendo permisivos y condescendientes con los menos afortunados, cediendo sus libros y ayudándose en las búsquedas.
Por último, y como valoración común de las tres sesiones desarrolladas podemos comentar que el grupo es bastante prometedor, que no les faltan ganas de aprender y participar y que, si bien no todos son buenos lectores, sí les interesa ilustrarse en la materia que ha dado lugar a este club: el cómic. Y sin duda, las cuestiones y las posibilidades que ofrece este género son inagotables. Por lo tanto…
…larga vida al cómic y al club!
(Sara Machuca)
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