El martes por la tarde tuvo lugar el encuentro de Ítaca, nuestra tertulia viajera. Comienza el curso con un ciclo dedicado a Japón con tres sesiones muy diversas: un acercamiento al arte del manga de la mano de uno de sus máximos exponentes, Jiro Taniguchi; el recuerdo de uno de sus más laureados literatos, Yasunari Kawabata y, para cerrar el ciclo, la lectura de uno de los autores de moda entre los nipones, Yoko Ogawa.
Se disfrutó, por tanto, de una animada charla sobre un tipo de cómic diferente y muy interesante, que nos plantea una reflexión sobre las consecuencias que puede acarrear la falta de comunicación familiar.
La siguiente cita de Ítaca será el día 5 de noviembre y tendrá como protagonista la novela Mil grullas, de Yasunari Kawabata.
(Rebeca Erro)
En la primera sesión se habló sobre El almanaque de mi padre, escrito y dibujado por Jiro Taniguchi. Esta obra tiene como protagonista a Youichi. Al morir su padre, al que hacía años que no veía, asiste a su funeral con cierta sensación de alejamiento emocional. Su padre es para él un virtual desconocido, por el que nunca ha sentido demasiado afecto y al que ha llegado a considerar como un ser mediocre y oscuro.
A través de recuerdos borrosos, de comentarios de allegados de su padre y de fotografías, el protagonista irá recomponiendo una imagen más compleja de su padre a la vez que arrojando nueva luz sobre su relación con él y con su madre.
Las opiniones sobre este manga fueron diversas. Unos opinaban que la historia les había parecido simple, manida y no les había aportado nada. Sin embargo, la mayoría había disfrutado de una historia que emociona y que engancha tras una primera viñeta cargada de significado.
El tema central y más comentado fue la relación paternofilial y su falta de comunicación. Para unos, era consecuencia de la cultura japonesa; para otros, un aspecto que puede darse en cualquier lugar y circunstancia.
En lo que todos estuvieron de acuerdo es en resaltar el arte de Taniguchi para plasmar con su dibujo escenarios, paisajes y emociones. Quizás una de las más sorprendentes es la que recoge el incendio de Tottori.
Este es el primer manga que leían todos los miembros de Ítaca, por lo que les resultó curiosa una de sus principales características: habitualmente los personajes siempre tienen los ojos grandes y redondos, nada que ver con la fisonomía habitual japonesa.
Se disfrutó, por tanto, de una animada charla sobre un tipo de cómic diferente y muy interesante, que nos plantea una reflexión sobre las consecuencias que puede acarrear la falta de comunicación familiar.
La siguiente cita de Ítaca será el día 5 de noviembre y tendrá como protagonista la novela Mil grullas, de Yasunari Kawabata.
(Rebeca Erro)
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