El 30 de enero de 2014, hace ahora justo un año, nos dejó el poeta Félix Grande. Fue un adiós especialmente triste para todos los que, además de su faceta de escritor, tuvimos ocasión de conocer su calidez humana, su humor y su cercanía. Nos visitó en 2008, en una edición de 'Diálogos de medianoche", un encuentro de 'Versos y acordes' en el que disfrutarmos de su voz y su palabra junto a la inolvidable compañía de Luis Eduardo Aute. Fue una gran noche, un paréntesis de poesía y música que dejó una huella indeleble en este centro.
Además de un gran poeta y uno de los mayores expertos en flamenco de nuestro país, Félix Grande era un hombre generoso y comprometido, un creador que, como ha dicho de él Juan Carlos Mestre, "hizo de la poesía una casa de huéspedes para todos".
Afortunadamente, los poetas como él quedan eternamente ligados a sus lectores con el hilo invisible de los versos.
POÉTICA
Tal como están las cosas tal como va la herida
puede venir el fin desde cualquier lugar
Pero caeré diciendo que era buena la vida
y que valía la pena vivir y reventar
Puedo morir de insomnio de angustia o de terror
o de cirrosis o de soledad o de pena
Pero hasta el mismo fin resistirá el fervor
me moriré diciendo que la vida era buena
Puedo quedar sin casa sin gente sin visita
descalzo y sin mendrugo ni nada en mi alacena
Sospecho que mi vida será así y ya está escrita
Pero caeré diciendo que la vida era buena
Puede matarme el asco la vergüenza o el tedio
o la venal tortura o una bomba homicida
ni este mundo ni yo tenemos ya remedio
Pero caeré diciendo que era buena la vida
Tal como están las cosas mi corazón se llena
de puertas que se cierran con cansancio y temor
Pero caeré diciendo que la vida era buena:
La quiero con cansancio con horror con amor
(La canción de la tierra. Antología 1963-1998)
Más obras de Félix Grande en nuestra biblioteca: http://bit.ly/Ml2Aha
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